Aunque en esa época sus acciones eran mal vistas no eran criticadas como las son hoy pero si habían personas de la alta sociedad quienes no estaban de acuerdo. Un tal ejemplo es la escritora barroca María de Zayas quien en su obra Novelas amorosas dice “…en confianza de que si te desagradare, podías disculparme con que nací mujer, no con obligación de hacer buenas novelas sino con muchos deseos de acertar a servirte” criticando las normas sociales y su desacuerdo en una manera muy sutil. Ella era una de muy pocas que tuvieron el poder de usar su escritura para explicar su insatisfacción de las normas sociales en cuales vivían las mujeres de su tiempo.
Gracias a ella sabemos que había gente que sentía lo mismo de las reglas sociales chuecas. En la misma obra Zayas también escribe “…si es una misma la sangre, los sentidos, las potencias y los órganos por donde se obran sus efectos son unos mismos, la misma alma que ellos, porque las almas ni son hombre ni mujeres” que racionaliza que un hombre y una mujer son iguales y deberían de ser tratados como tal. Sus ideas ayudaron para influir tempranamente las ideas feministas en una sociedad corrupta y restringida.